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Arquitectos: Josep Ferrando Architecture
- Año: 2020
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Fotografías:Federico Cairoli
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Un recinto y un porche. Una tapia de ladrillo abriga y garantiza la seguridad necesaria en un solar de 30x24m. El recinto se expresa en tres de sus lados con el grosor del propio material, y en el cuarto se ensancha para ubicar en 6m los espacios servidores (quincho, estacionamiento y servicio), liberando un espacio ajardinado de 24x24m. Un porche se eleva ligeramente respecto a la altura del recinto para divisar por encima de él, estableciendo un puente visual con los parques que rodean el exterior de la casa. El umbral se posiciona de forma asimétrica, liberando un jardín de mayor dimensión en su lado norte y uno menor en su orientación sur, alejándose siempre de los límites para enfatizar la iluminación y la ventilación transversal del espacio interior.
Una casa vernácula. Como una interpretación contemporánea de la casa vernácula guaraní, Kuláta Jovái, el nuevo volumen se materializa como una cubierta bi-apoyada y generadora de sombra, un porche, un espacio exterior protegido de la lluvia y del sol. La casa se organiza mediante dos fuegos, dejando un espacio entre estos y otros dos en sus retaguardias. El primero más extrovertido y abierto al jardín (cocina-comedor-estar), los segundos más privados y de mirada lateral (dormitorios).
Una casa umbral. La cubierta se sitúa estratégicamente entre los tres árboles existentes, que, en sus tres posiciones y en relación con el volumen, generan diferentes umbrales: junto a la entrada, recibiendo al habitante, un lapacho amarillo o tajy (árbol resistente); en el quincho, la zona de asado, un anchico blanco o kai kyhyjeha (temido por los monos); y en el patio norte, de nuevo un lapacho amarillo de gran porte que suma una gran sombra en el jardín.
Una casa eficiente. Las temperaturas extremas de Asunción y la ubicación precisa de la vivienda en el solar, abriéndose a la orientación norte y a sus brisas suaves y frescas, conducen a un planteamiento radicalmente sostenible: una estructura con voladizos generosos que tamizan la radiación solar cuando no es necesaria, en combinación con un acabado superior vegetal, ofreciendo un mayor aislamiento térmico. Gracias al jazmín plantado en el límite de la cubierta y que descenderá en el futuro como una cortina vertical natural en sus bordes, se obtendrá un mayor tamiz de la radiación solar y un refrescamiento natural del aire.
Una casa ventilada. La estructura horizontal y los cerramientos correderos del espacio central, permiten que el porche se abra a las brisas refrescantes y que la vida se realice al aire libre, casi sin necesidad de una fachada. Esta estructura se corona con una losa nervada que se separa ligeramente de los dos pórticos para permitir una ventilación cruzada más controlada del espacio-porche, realizando un “free-cooling” natural gracias a las brisas predominantes de los espacios interiores en las noches de verano.
Dos materiales minerales, el hormigón y la cerámica; y dos materiales tectónicos, en el interior la madera de paraíso y en el exterior la vegetación (existente y nueva). La estructura de cubierta, apoyada sobre dos grandes vigas y cuatro apoyos que contienen el espacio de almacenaje, arropan el espacio central, el porche, junto con los dos cuerpos que acogen el fuego: la cocina y el hogar, dos prismas realizados con ladrillo manual tradicional, sin tomar con mortero, simplemente colocados en seco, apilados tal y como se encuentran en las adoberías para su secado al sol. Estos cuerpos cerámicos son los centros donde se acopia el agua recogida por la gran cubierta y posibilitan, a su vez, por su gran inercia térmica, el almacenamiento del calor producido por el fuego los días donde la temperatura es más baja, para ofrecérselo, junto a la privacidad necesaria, a las habitaciones situadas en ambos extremos de la casa.